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Revisa tu recibidor y tira las cosas de esta lista para que esté más ordenado y sea más estiloso. 

Periodista especializada en decoración

El recibidor de tu casa es tu carta de presentación. Es lo primero que ven tus invitados cuando llegan a tu hogar y lo último que ves tú cuando sales cada día. Por eso te gusta que hable de ti, de tu manera de ser. La entrada de tu casa debe ser funcional, bonita, práctica y, ante todo, personal y diseñada para ti.

Al hacer limpieza en el recibidor, olvídate de todos los “porsis”. Por si lo necesito, por si le puedo dar otro uso, por si alguien lo quiere… Deja que tu casa se impregne del espíritu de Marie Kondo, y tómate tu tiempo para reflexionar. Piensa en qué objetos de tu recibidor te dan felicidad y cuáles realmente necesitas. Y con el resto, sigue la máxima de “reciclar, reutilizar y reducir”. Si mantienes esa filosofía, al ir a guardar cualquier cosa en el recibidor pensarás: ¿lo quiero?, ¿lo necesito?, ¿sirve para algo?, ¿le puedo dar algún otro uso? Si la mayoría de respuestas son negativas, vas por el buen camino.

Y este principio vale para todo tipo de recibidores, desde los más minimalistas hasta los más bohemios. La decoración de tu recibidor es clave para dar la bienvenida –siempre con un toque de estilo, por supuesto– a tu hogar.

Si no sabes qué abren, ¿para qué las guardas? ¿Crees que las vas a utilizar alguna vez? Esto cuenta también para llaves de candados o de maletas de las que ya te has deshecho. Comprueba que ninguna abre nada importante y tira las que no valgan.

“Para una emergencia, me vale”. No, si llueve mucho y te llevas ese paraguas que se abre mal, te vas a mojar. Lo mismo si viene una ráfaga de aire y se da la vuelta. Y mucho menos lo vas a llevar a arreglar. Lo mejor es que te compres uno nuevo y te deshagas del viejo.

Si no te has pasado ya a las facturas digitales es momento de que lo hagas. No tiene sentido recibirlas en papel a casa y será más cómodo si las tienes en el ordenador guardadas, donde no ocupan espacio y podrás consultarlas cómodamente sin que molesten en el recibidor.

Aunque cada vez recibimos menos correo en papel, lo que sí que siguen llegando son folletos y publicidad de comercios e inmobiliarias. Si las tienes encima de la consola cogiendo polvo, revisa que no hay nada importante y… ¡al contenedor del papel!

Sabemos que ya has dejado de utilizar las bolsas de plástico y las has sustituido por otras de rafia o tela. Pero no las dejes en la entrada de casa. Lo ideal es que destines un espacio en el que guardarlas. Ya sea en un cajón o en la cocina. ¿Sabes cómo doblar las bolsas para que ocupen menos?

Ya ha terminado el verano y es hora de jubilar los sombreros de paja que tantas alegrías te han dado. Si, además, lo has tenido estos meses en la bandeja del coche, lo más seguro es que se hayan estropeado. Deja solamente los tipo Panamá o cannotier que decoran colgados en el perchero o sobre un estante.

Otro acumulador de polvo que ya ni huele. Además, los líquidos que llevan ambientadores y mikados suelen ser bastante pegajosos, por lo que se convierten en el perfecto imán para el polvo. Hazte un ambientador casero y verás qué bien vuelve a oler tu casa.

Un cajón de la consola no es un mal lugar en el que guardar los manuales de instrucciones. Así los tendrás a mano cuando los necesites. Pero si no los has usado desde que te instalaste en tu casa, lo mejor es que los tires. Además, ahora los puedes encontrar todos en internet. ¿Para qué lo quieres ocupando sitio?

El mueble de la entrada de casa puede convertirse en el espacio comodín para dejar las pilas gastadas. Lo ideal es que las tires cuanto antes en un punto limpio para su adecuado reciclaje.

Seguro que alguna vez te has comprado algún par de zapatos preciosos, pero que, al ponértelos, te han destrozado los pies. No te engañes, la próxima vez que te los pongas no van a ser más cómodos. Si están en buenas condiciones, véndelos, regálalos o dónalos. El zapatero del recibidor debe ser para guardar el calzado que utilizas -o utilizáis- a diario.

¿Hace cuánto que no llamas por teléfono para pedir comida a domicilio? Ahora es mucho más fácil por internet, con sus menús y precios actualizados. ¡Al contenedor azul!

No está de más guardar los tickets de las compras que haces por si tienes que hacer alguna devolución. Pero el recibidor no es el mejor lugar para hacerlo. Hazte con una pequeña carpeta para guardarlos en orden en caso de que puedas necesitar.

Lo mismo que con las pilas. Cógelas todas y llévalas a un punto limpio. En algunos supermercados y centros comerciales también las recogen. Y las que, además, no sean de bajo consumo o LED, ¡también a reciclar!

Tanto si son de sol como de ver, seguro que están llenas de rayones y las patillas ensanchadas. Ya no valen ni para una emergencia. Lo mejor será llevarlas a la óptica donde la compraste. La mayoría de estos comercios cuentan con sistemas de recogida, donde las tratan y las donan a otras personas que puedan usarlas.

Seguro que cuando cambiaste de teléfono, guardaste el viejo 'para una emergencia'. Vale, es una opción mientras arreglan el tuyo o te compras uno nuevo. Pero no guardes todos. Con uno es suficiente. Y revisa también todos los cargadores que tengas. Seguro que queda alguno que no recuerdas ni qué cargaba. En el punto limpio encontrarás un contenedor para aparatos electrónicos.

Pasa un poco lo mismo que con los zapatos. Si están colgados en tu recibidor muertos de la risa y nunca te los pones, ¿para qué los guardas? Si te da pena tirarlos, prueba a meterlos en una caja y, si en unos meses no los has echado de menos, líbrate de ellos. ¡Ni te enterarás! Insistimos: en el recibidor solo tienen cabida las cosas de uso frecuente.

Las frases motivadoras y el extra de positivismo en la decoración estuvo bien durante una temporada. Quita ese cuadro que tanta rabia te da ver cuando tienes un mal día y date un paseo por el Rastro o por alguno de esos mercados de pulgas de fin de semana. Seguro que encuentras algo que, lo mires cuando lo mires, te transmitirá paz y armonía.

¿Qué pasa con los guantes que siempre desaparecen? Un misterio. Y seguro que tienes más sueltos que en pareja. Ha llegado el momento de decirles adiós.

Es muy útil tener cerca de la puerta de casa algún bolígrafo, por si hay que firmar un justificante al cartero o a un repartidor. Pero si pintan, mejor, ¿no?

Si las tienes encima del recibidor sin utilizar no hacen más que coger polvo. Y si eran olorosas, ya no lo son. Y mejor que no te entre la vena nostálgica y enciendas alguna. El polvo huele fatal cuando se quema.

Contar con una bandeja o un plato para poner las llaves es una buena rutina de orden que te ayudará a tenerlas siempre localizadas. Pero no si la llenas de objetos sueltos que no sabes dónde poner: un imperdible, un botón, papeles pequeños... Despéjala y úsala para lo que es: las llaves.

Aunque hay muchas plantas que soportan bien las carencias de luz, si tu recibidor es cerrado y no recibe nada de luz natural es probable que tus plantas se vean perjudicadas. Cámbialas de ubicación y, en su lugar, pon un jarrón con unas flores secas. Quedará muy decorativo y no necesitan la misma luz que otras plantas de interior.

Si es verano, ¿para qué guardas las botas de invierno en el recibidor? Y, durante los meses más fríos, lo mismo con las sandalias. Lo más adecuado es que despejes el espacio para el calzado que más utilicéis durante la temporada y, el resto, los guardes en cajas dentro del armario o debajo de la cama, donde no molesten.

Ahora que no es obligatorio llevar la mascarilla más que en el transporte público, centros sanitarios y farmacias, ¿para qué quieres una colección de ellas en la entrada de casa? Si están usadas, tíralas; y si son nuevas, guárdalas en el baño o en tu dormitorio.

Seguro que ya te has hecho con unos auriculares inalámbricos, más cómodos y lgeros que los de cable. Y sí, aunque los viejos siguen funcionando bien, no es necesario que los dejes en el mueble de la entrada de casa. Comprueba que van bien y guárdalos en tu estudio o zona de trabajo. Y si tienes los que regalan en el tren o el avión, diles también adiós.

Hay muchos trucos para lograr un recibidor bonito, pero si cumples estas claves no necesitarás mucho más:

Si la cara es el espejo del alma, tu recibidor es el de tu casa. Haz que Marie Kondo se sienta orgullosa y deja que la “fiebre” del orden llegue también a la entrada de tu vivienda.

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