El mantenimiento del filtro de habitáculo de un coche

2022-08-20 12:46:42 By : Ms. fanny fang

El mantenimiento de un coche es una labor esencial para su buena salud y la prolongación de su vida útil durante los años. Un buen trato y las medidas adecuadas en su tiempo correcto ayudará a que el automóvil se encuentre en las mejores condiciones y pueda optimizar todos sus recursos. Este vídeo evidencia la importancia de esta tarea y explica cómo cambiar los filtros, una acción fundamental para conseguir el mejor rendimiento.

El filtro de habitáculo es uno de los elementos claves para el buen funcionamiento de un vehículo. El propio consumo del mismo los desgastan y un mantenimiento inadecuado puede tener consecuencias graves sobre esta y otras piezas, que se van afectadas de forma indirecta por la situación. También conocido como antipolen, este filtro tiene la función de ofrecer al motor un aire limpio y puro, lo que también se traslada a los pasajeros. De esta manera, el coche puede trabajar en unas buenas condiciones, lejos de aires impuros o sucios que lo castigan y dañan. Este filtro consigue una reducción del número de partículas que acceden al auto mediante un proceso de filtrado que desecha aquellas motas de polvo y suciedad que podrían obstruir al motor.

Vídeo de autodoc.es

Al igual que muchos otros componentes de un coche, los filtros de habitáculo se renuevan cada cierto tiempo o en función de los kilómetros realizados. En ese caso, se calcula que deben cambiarse una vez se ha superado los 15.000 kilómetros y siempre por debajo de la cifra de 20.000. Si no se alcanza este dato anualmente, los técnicos recomiendan realizar la sustitución una vez al año. Los conductores que están más expuestos al polvo, como aquellos que circulan con más frecuencia por zonas rurales, deben prestar más atención a este aspecto, pues el daño es mayor. El cambio, en estos casos, podría realizarse cada seis meses.

La obstrucción del filtro, debido a componentes externos como tapizados o suciedad, no solo afectan al motor. Esta situación tiene, además, efectos sobre la calidad del aire que respiran los pasajeros, con la consiguiente desventaja que ello conlleva.

Existen dos tipos de filtros de habitáculo, que se encuentran en la mayoría de gamas de coches. El modelo simple está fabricado con papel y protege del polen y el polvo. Es mayoritario en muchos automóviles, principalmente por su precio económico, que se sitúa entre 15 y 20 euros; si bien tiene una carencia: se desgasta con más facilidad y la periodicidad de su renovación es menor. La otra opción es el filtro de carbón activo, que no solo protege de polen y polvo; también filtra los gases contaminantes procedentes de los tubos de escape de otros vehículos; los cuales son especialmente nocivos para el motor y el ser humano. Los conductores y pasajeros con problemas de alergias deben recurrir a este

modelo, ya que es la única alternativa para reducir al máximo el riesgo de contaminación. Este filtro tiene más duración, lo que no impide que se someta a un continuo mantenimiento cada cierto tiempo.

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